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Sensores Inalámbricos: Revolución Agropecuaria

Las redes de sensores inalámbricos pueden representar una de las tecnologías más útiles para dar soporte a los sistemas de información en la producción agropecuaria. En el Instituto de Ingeniería Eléctrica (IIE)  se realizan investigaciones sobre este tema y se cuenta con la primera experiencia realizada en nuestro país, durante los años 2005-2006, de aplicación de esta tecnología orientada a estudios agropecuarios.

Pablo Mazzara, Leonardo Barboni y Leonardo Steinfeld, junto con el Prof. Fernando Silveira, referentes del proyecto e integrantes del IIE de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, mantuvieron una entrevista con el Área de Comunicación de la Facultad acerca del proyecto.


Redes de Sensores
Las redes de sensores inalámbricos presentan características que las hacen particularmente promisorias para el agro, ya que permiten capturar variables ambientales, tanto sus características temporales como espaciales, en tiempo real y a un costo cada vez más accesible y rentable.

Estas redes están compuestas por sistemas electrónicos (nodos) de pequeño tamaño que cuentan con procesador, memoria y radio, capaces de adquirir señales de varios sensores y transmitir esta información por radio a grandes distancias.

Por otra parte la organización de estos nodos en una malla, donde la información va pasando de un nodo a otro (red multisalto o multihop)  permite la colaboración entre dichos  nodos, mediante el intercambio de información, así como aumentar el área de cobertura y la confiabilidad de la red.
“Estos circuitos son de muy bajo consumo y pueden sustituir a los sensores tradicionales, dando más posibilidades de movilización a costos más bajos. Obviamente, en el caso tradicional, si tenemos que poner muchos sensores se necesitará mucho cableado”.


Experiencias Piloto
La primera aplicación piloto, realizada durante 2008 – 2009, para probar la red de sensores inalámbricos consistió en el monitoreo de temperatura en parideras de cerdos de campo, realizadas en el centro Regional Sur de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.

Lo que se buscó con esta experiencia, por el lado agronómico, fue observar en qué condiciones se desarrollaban los lechones recién nacidos y en qué medida los afecta el frío, mientras que por el lado de las redes de sensores, se buscó un sistema que optimizara el consumo, permitiendo que los nodos funcionaran durante un período de un año con baterías AA alcalinas. Esto se llevó a cabo instalando una red de sensores para el monitoreo de temperatura y humedad en las parideras. Se mantuvo dicha red operativa durante los  meses de invierno.

Posteriormente en un proyecto financiado por INIA-FPTA durante 2010 – 2011, se profundizó este estudio. En esta experiencia, el objetivo agronómico fue el monitoreo de la temperatura, la humedad relativa ambiente y la humedad del suelo para la detección de la ocurrencia de heladas en un predio citrícola, mientras que desde el punto de las redes se mejoró el alcance de los enlaces de radio y se agregó conectividad a Internet mediante enlace celular.


Más aplicaciones
Los docentes destacan el gran número de proyectos de fin de carrera relacionados a las redes de sensores inalámbricas. Barboni comenta que el sector agropecuario ha comenzado a comprender el potencial de estas redes y sus actores han expresado la necesidad de desarrollar nuevos tipos de sensores. Por ejemplo, han solicitado estudios con sensores especiales que demuestren la evolución de los troncos de los árboles: “A ellos les interesa saber si el tronco esta o no absorbiendo agua y así detectar también las condiciones hídricas del suelo y el efecto de las heladas sobre el tronco”.

Otro ejemplo claro de aplicación sobre el cual se está trabajando, es en el monitoreo de las polillas que atacan los frutales. Actualmente en el campo se hace un relevamiento manual sobre la población de polillas, por ejemplo, y el recorrido lo realiza un operario en moto. Usando redes de sensores se pueden obtener mapas diarios de la evolución poblacional de polillas, generar bases de datos que permitan alertas tempranas y  minimizar el uso de pesticidas.

 “Este tipo de tecnologías permite la obtención de información en tiempo real y la disminución del esfuerzo optimizando el trabajo. Esto nos permite un monitoreo más seguido, y sin que sea necesaria la recorrida del operario”, culmina Steinfeld