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La Diaria publicó este lunes el artículo "¡Agua! ¡Den agua a las cuerdas!" de Alejandro Romanelli, Doctor en Física Nuclear y profesor titular en la Facultad de Ingeniería en el Instituto de Física.
Esta columna es la tercera del ciclo, que ya contó con los textos de la decana María Simon y el Prof. Marcelo Fiori.
¡Agua! ¡Den agua a las cuerdas!
En 1581 un joven de 19 años se matriculó, por voluntad de su padre, como estudiante de medicina en la Universidad de Pisa. Cuatro años más tarde cambió de carrera y se dedicó a las matemáticas. Esta decisión fue determinante para su vida y es probable que haya sido apuntalada por el especial momento histórico que le tocó vivir. En pleno Renacimiento, la difusión de las ideas del humanismo determinaba una nueva concepción del hombre y el mundo, tras siglos de predominio de una mentalidad rígida y dogmática. La siguiente historia de ingeniería, que pudo haber sido tema de reflexión del estudiante mencionado, ilustra bien la época.
Se trata de la erección del obelisco de la plaza de San Pedro en Roma. El obelisco -un monolito de piedra sin inscripciones, con más de 320 toneladas y 25 metros de alto- fue transportado desde Egipto en tiempos del emperador Calígula, en el año 37, y estuvo enclavado en su circo privado. Allí fue donde se torturó y crucificó al apóstol Pedro, razón por la que el obelisco fue denominado “el testigo mudo”. Su traslado desde Alejandría a Roma había sido una hazaña, pero 1.500 años después el obelisco yacía abandonado cerca de la Sacristía de la Basílica. Llegó a su ubicación actual durante el pontificado de Sixto V, que, conocido como el “papa terrible”, se destacó por su severidad como consejero de la Inquisición de la iglesia católica. Su origen humilde lo obligó a trabajar como porquero cuando niño y se decía que como consejero aplicaba al pueblo la misma rudeza que había aplicado a la manada de cerdos.
La maniobra de traslado del obelisco a la Plaza de San Pedro fue adjudicada al ingeniero Doménico Fontana y constaba de tres etapas. Primero se lo debía colocar horizontalmente sobre rodillos, luego transportarlo y por último posicionarlo verticalmente sobre un basamento en el centro de la plaza. Para realizar el trabajo se precisaron 900 hombres, 75 caballos, varias decenas de cabrestantes e innumerables andamios y poleas. Sixto V había dado la orden de que durante la ejecución de las maniobras ni los obreros ni la multitud podían pronunciar palabra alguna. Sería aplicada la pena de muerte a quien rompiera el silencio, y para ello se había dispuesto en un lugar bien visible una horca con su verdugo.
El trabajo fue iniciado el 30 de abril de 1586. El 7 de mayo el obelisco estaba colocado horizontalmente en el centro de la plaza. Durante la mayor parte del traslado sólo se habían oído los sonidos de los rodillos sobre los adoquines, los movimientos ágiles de los obreros y los quejidos de cuerdas y animales. Pero cuando el obelisco ya casi estaba en su posición definitiva, las cuerdas dejaron de correr sobre las poleas: estaban calientes, se deshilachaban y amenazaban con romperse. Domenico Fontana no sabía qué ordenes impartir. Se profundizaba el silencio en la plaza. Era inminente la caída del monolito. De pronto, del silencio se levanta una voz que en un dialecto genovés dijo:
-¡Agua! ¡Den agua a las cuerdas!
El consejo fue inmediatamente seguido por los ingenieros de obra, pues comprendieron que las cuerdas de cáñamo se acortan cuando se mojan y que ese acortamiento cubriría la distancia necesaria para colocar el obelisco en su posición vertical.
El peligro había sido disipado por un marinero llamado Benedetto Bresca, que, por supuesto, fue detenido sin tardanza por los soldados del Vaticano. La historia oficial cuenta que Sixto V recompensó al marinero concediéndole ciertos privilegios. La arbitrariedad de la pena y su levantamiento muestra la liviandad con la que un régimen autoritario puede decidir en un sentido y en el contrario. Pero, además, el episodio es ejemplar, porque ilustra cómo Bresca, con oficio e imaginación, enfrenta un problema difícil arriesgando su integridad.
Esta historia de la ingeniería tiene cierto paralelismo con la que años después debió encarar el joven estudiante de matemáticas que invocábamos al principio, pues su trabajo científico rompió con las teorías oficiales asentadas en la física aristotélica y debió enfrentar a la Inquisición de la iglesia católica. El estudiante se llamaba Galileo Galilei y su trabajo es considerado fundamental en el establecimiento del método científico.
El método es aplicable a todo y tiene sólo dos reglas: 1) No hay verdades sagradas; todas las suposiciones se han de examinar críticamente y los argumentos de autoridad carecen de valor. 2) Hay que descartar o revisar todo lo que no cuadre con los hechos.
Imaginación y escepticismo
En 2015, a 100 años de la denominación de nuestra Facultad como Facultad de Ingeniería, se realizó la primera colación de posgrados. En la ceremonia se hizo un repaso histórico de la evolución de los posgrados desde la salida de la dictadura, para mostrar el enorme crecimiento de los últimos años. Pero además de la cantidad, fue sorprendente su calidad. Por caso, ese mismo año se defendió una tesis de maestría que proponía el diseño, análisis y construcción de un sistema de orientación espacial y control del primer satélite uruguayo.
El proyecto de trabajo surgió como una colaboración entre el Instituto de Ingeniería Eléctrica y Antel. Las restricciones técnicas que debía cumplir el satélite eran un verdadero desafío, que fue abordado con una combinación de imaginación y escepticismo propios de la mejor ingeniería: imaginación para idear y proponer soluciones y escepticismo para separar rigurosamente la fantasía de la realidad.
Al igual que este, la mayoría de los proyectos de tesis presentados en la Facultad han generado ciencia y tecnología que contribuyen al desarrollo de la sociedad. Pero también debemos recordar a los investigadores que es importante promover y generar actividades que el ciudadano no especializado pueda apreciar, disfrutar, entender; en definitiva, que todos puedan apoderarse de nuestros logros. En compensación, tal vez en tiempos difíciles para la ciencia y la tecnología podamos esperar que alguna persona del pueblo grite: “¡Agua! ¡Den agua a las cuerdas!”.
El autor
Alejandro Romanelli
Doctor en Física Nuclear desde 1994 y profesor titular en la Facultad de Ingeniería.
Debido al gran interés que ha despertado la actividad, el Seminario de Investigación y Divulgación del Instituto de Estructuras y Transporte (IET) se realizará en el Anfiteatro del Edificio Polifuncional "José Luis Massera" el martes 5 y jueves 7 de julio a las 18 horas.
Allí participarán docentes del Instituto, estudiantes avanzados de la Carrera de Ingeniería Civil, así como profesores e investigadores extranjeros.
Temas
- Martes 5: Naves industriales con acero.
- Jueves 7: Resistencia de estructuras metálicas frente a la acción del fuego
Lugar: Anfiteatro del Edificio Polifuncional "José Luis Massera"
Hora: 18 horas
Expositor: Dr. Ing Civil Alfredo Arnedo Pena (Empresa SENER)
Docente de la Universitat Politécnica de Catalunya (Barcelona) - España
Sobre el expositor
Este seminario se contará con la presencia de Alfredo Arnedo Pena, Doctor Ingeniero Civil con 43 años de experiencia profesional, mayoritariamente en el área de estructuras en general, especializado en estructuras de acero. Cuenta con 35 años de experiencia docente en la UPC de Barcelona, en la asignatura de Estructuras Metálicas. Es miembro/delegado en varios comités españoles, europeos e internacionales. Es Autor del libro “Naves Industriales con acero” (2009).
Trabaja en la Empresa SENER y su actual posición es de Chief Tecnical Engineer en Estructuras Metálicas. El Chief Technical Engineer asume la responsabilidad de promover y lidera la vigilancia tecnológica en su especialidad, por su condición, los CTE son asistentes de pleno derecho en el Fórum de Innovación y asesores del Comité de I+D+i de SENER.
El Grupo de Apoyo a la Investigación Estudiantil (GAIE) de Facultad de Ingeniería (Fing) invita a los estudiantes a presentarse al llamado del Programa de Apoyo a la Investigación Estudiantil 2016 (PAIE). El plazo para la presentación de propuestas vence el 30 de julio.
Consigna
A través de este llamado la Comisión Sectoria de Investigación Científica (CSIC) busca incentivar el acercamiento de los estudiantes a la investigación. Por esa razón, si tienes una idea o iniciativa propia, anímate. Plantéasela a tus compañeros y a un profesor. Las posibilidades son innumerables y pueden ir desde tratar de entender algo mejor, probar alguna idea, buscarse un lugar en algún grupo de investigación para aprender algo nuevo, etc. Lo importante es no poner límites a la imaginación
A modo de ejemplos imaginativos y contemporáneos, algunos proyectos PAIE notorios en los años pasados fueron parte del satélite de Antel, otros con energía eólica, estudios de cambio climático y programas de información sobre obras de museo a recibir en celular durante visitas guiadas, entre otros.
Algunas opciones temáticas podrían encontrarse en:
La ayudante I+D, Varinia Cabrera <csic@fing.edu.uy>, de la Fing les proporcionará más información y podrá contactarlos con los profesores que forman parte del GAIE para asesorarlos.
Las charlas informativas serán viernes 17 de junio en el salón Beige (7mo. Piso) a las 18:30 horas y el miércoles 22 de junio a las 10 horas en el mismo salón.
Requisitos
Para presentarte debes formar un equipo de al menos dos estudiantes de grado de UdelaR (pueden incluir estudiantes de otras Facultades e incluso hasta un 50% de integrantes de fuera de la Udelar), y contar con el apoyo de un docente orientador.
Ya están disponibles las bases 2016 del PAIE. En el documento encontrarás toda la información detallada acerca de cómo presentarte a esta convocatoria.
Recuerda que EL PLAZO PARA LA PRESENTACIÓN DE PROPUESTAS VENCE EL PRÓXIMO 30 DE JULIO DE 2016 A LAS 23.59 HORAS.
- Bases, condiciones y formulario de solicitud de fondos en: www.csic.edu.uy/paie
- Acceso al formulario electrónico: http://formularios.csic.edu.uy/paie2016/
La publicación MIT Technology Review en español, propiedad del Instituto Tecnológico de Massachusetts, presenta la nueva edición latinoamericana de los premios Innovadores menores de 35 que busca a los jóvenes científicos y emprendedores más destacados en el continente.
Los interesados en participar en la edición de Argentina y Uruguay pueden nominarse a través de la a web de Innovadores menores de 35.
#Innovadores35
Innovadores menores de 35 es la comunidad global de innovadores, pioneros y promotores del cambio social que elige MIT Technology Review en los Estados Unidos desde 1998. En Latinoamérica, más de 200 jóvenes han sido reconocidos en Argentina y Uruguay, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú. Este premio reúne a los jóvenes con las mentes más brillantes que están trabajando en soluciones para el presente y el futuro.
Los requisitos para participar son tener menos de 35 años y trabajar en proyectos tecnológicos, de emprendimiento e innovación. La edición de Argentina y Uruguay celebra su quinta edición y cuenta con el respaldo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (Mincyt). Las nominaciones estarán abiertas hasta el 07 de Julio y los interesados se pueden postular a través este enlace.
Un jurado de expertos de MIT Technology Review seleccionará los mejores proyectos y dos de los proyectos de cada país también recibirán las menciones especiales a "Innovador del Año" e "Innovador Social". Entre los ganadores de la pasada edición de Innovadores
menores de 35 Argentina y Uruguay, Gino Tubaro fue nombrado Innovador del Año y Emanuel Vilte fue reconocido como Innovador Social de 2015.
@Innovadores35 #Innovadores35
Acerca de MIT Technology Review
MIT Technology Review es la revista de divulgación tecnológica más antigua del mundo, publicada por Technology Review Inc., una compañía independiente propiedad del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Fundada en 1899, es la decana de su sector y una autoridad mundial en el futuro de las telecomunicaciones, energía, informática, materiales, biomedicina, Internet y negocios. Su objetivo es promover el conocimiento de las tecnologías emergentes y analizar sus implicaciones comerciales, políticas y sociales. Su perspectiva sobre innovación ayuda y orienta a líderes del mundo de la tecnología y de los negocios (empresarios, emprendedores, investigadores, inversores y financieros) para mejorar la economía global.
Acerca de Innovadores menores de 35 años
Desde hace más de una década, la edición global de los premios Innovadores menores de 35, celebrada cada año en Cambridge (EE.UU), reconoce a los jóvenes tecnólogos más destacados del mundo. El objetivo es premiar la innovación – el desarrollo de nuevas tecnologías o la aplicación creativa de las ya existentes para resolver los problemas actuales–, el ingenio y los avances sobre asuntos que preocupan a nivel mundial.
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Briamel González